Mito del origen
del Mochica y el Algarrobo
Luchaban en todas las esferas cósmicas los dos
poderes eternos: los Dioses y los Demonios, el genio del Bien y el Poder
Maligno, para establecer la supremacía de sus propios derechos y rodaban por
los diferentes mundos y los espacios siderales, en abierta y constante
rebelión.
El Bien pretendía crear al ser que los ayudara
en la obra de la evolución, al hombre, y el Mal quería impedir esta
realización, que le conllevaría un enemigo declarado.
Surcando el Universo, llegaron aquellas
fuerzas luchadoras a la Tierra, en la cual nada existía fuera del algarrobo,
que era una planta rastrera, reptante, endeble y raquítica, la cual nada era,
nada significaba, ni nada producía. Y a pesar de su mínima importancia, una de
las lianas del algarrobo, se enroscó en los pies del Genio del Mal, accidente
que fue aprovechado por su enemigo para dominarlo.
Entonces, y en agradecimiento, dijo el jefe de
los Dioses: "Como si te hubieras adelantado a mis deseos, has contribuído
a mi victoria. Tú serás desde hoy mi siervo, mi semejante y mi aliado. Para que
tengas poder, tú serás el candidato elegido para ser Hombre y tendrás las
características de un Dios encerrado, de un Dios en potencia, de un Dios
encadenado. Hombre por fuera y Dios por dentro serás, desde ahora, grande y
fuerte en tu aspecto; severo y sereno en tu forma; eterno y constante en tu
vida. No necesitarás de Mí, el Sol, para vivir, porque a nadie debes tu
emancipación sino a tí mismo y a mí."
Y al conjuro mágico se creó el indio mochica,
que salió del propio árbol del algarrobo, ya mayestático.
Pero el demonio, que no estaba muerto sino
cautivo, produjo su maldición, diciendo: "Puesto que te has tornado en mi
enemigo y has contribuído a mi derrota. Yo, el Genio del Mal, en oposición a
las virtudes que te han sido otorgadas, te concedo, para siempre una parte de
mí mismo. Serás mi vasallo, mi prójimo y mi aliado. Aunque seas grande y
fuerte, el fuego de la pasión te convertirá en cenizas; aunque seas severo y
sereno, te conmoverás cuando el viento de la adulación te roce; aunque seas
eterno y constante en tu vida, pesará sobre tí el soplo del olvido y de la
ingratitud, y aun cuando solamente necesitarás del Sol para vivir y perdurar,
estarás unido a la Tierra, con todos sus vacíos y defectos, puesto que sólo así
podrás aprovechar aquella primicia celestial. Y ten presente que a Mí también
debes tu liberación. A tí y a Mí."
Por esto:
El algarrobo es Dios: él jamás llora;
el algarrobo es
diablo: nunca reza;no necesita nada en su grandeza.
Mito de la Capullana de Lambayeque y e l
Rey del Mar
La capullana de Lambayeque, Susi Cunti, viuda
de Paucar Taita, tenía dos hijas cuando pizarro llegó a sus dominioS el 26 de
octubre de 1532; la mayor se llamaba Anya Cusa y la menor, impúber aun, Cusi
Chunca.
Susa Cunti, la madre, invitó a los españoles a
un banquete en su palacio, siendo este el primer festejo que se realizó entre
peruanos y españoles, el cual tuvo lugar en el palacio de la capullana, en las
inmediaciones de la Huaca sioternic, conocida hoy con el nombre de Huaca de la
Cruz, lugar que en la actualidad pertenece a la Hacienda Bodegones.
En aquel tiempo, la ciudad de Lambayeque se
encontraba situada más hacia el oeste del lugar que hoy ocupa y a la distancia
de una legua del actual río de su nombre.
Entre los participantes hispanos se encontraban,
además de Pizarro, Alonso de Molina, Nicolás de Rivera, Francisco de Cuéllar,
Domingo de Soraluce, uno de los trece de la Isla del Gallo; Juan de Barbarán,
que con el tiempo sería encomendero de Lambayeque, quien tuvo parte en el
rescate de Atahualpa; Bocanegra y Pedro de Alcón, el más joven, el más
impetuoso y el de mejor talante.
La capullana
había dispuesto que sus mejores bailarinas entretuvieran a sus huéspedes,
contando entre las principales a Nanca Paya, Ini Ranta, Sucha Maitar, Anta
Cocras y Llana Suma; que sus mejores hombres les sirvieran, habiendo designado
especialmente a Hurma Cunto, Cuyo Huasi, Punga Tucta, Cusi Rampa y Rondo Cupas.
Hacía de "ichuri", adivino o confesor, Pacar Anta y Runa Chumbi,
desempeñaba las funciones de escanciador principal.
Pizarro y los suyos, ingresaron al palacio de
la capullana entre una doble hilera de parejas, que portaban en sus manos,
ramas verdes y espigas de maíz; saludando con gritos entusiastas y ademanes
expresivos. La capullana se sentó junto a Pizarro y cuidó que Alcón, el
guerrero preferido, fuese situado entre sus dos hijas. Los demás concurrentes,
españoles y nativos se colocaron en forma desordenada y libre.
El agasajo consistió en papas, mote, charqui,
pescado, chirimoyas, mangos y chicha de quinua y de maíz.
La mujeres vestían así: camisa o
"inca" de algodón, túnica o "amaco" de color amarillo y
manto o "lliclla", que estaba prendido por delante con un alfiler de
oro o "tupu" y sostenido con una faja o "Chumpi" de lana de
vicuña, de diversos colores. La cabeza estaba adornada con una cinta circular
de color azul, llamada "huincha", y del cuello les colgaba la
"timpunga" o "medallón", que hacía el oficio de amuleto.
Los hombres vestían camiseta y calzón corto, de algodón y poncho de lana de vicuña.
Hombres y mujeres se encontraban sin sombrero y tampoco llevaban calzado
alguno.
Los españoles se adornaron para el banquete,
con escofión dorado, gorra y medallas, jibón de terciopelo, calzas negras y
espada y puñal al cinto.
Las Campanas de Eten
Magdalena
de Eten, es en el Perú uno de los pueblos que más han llamado la atención de
los viajeros; pues a alguno se le ocurrió, en comprobación del origen asiático
de la América, afirmar que los etanos, como ellos se dicen, o etenanos, como
más generalmente se les llama, hablan la misma lengua que los hijos del Celeste
Imperio. Tal fábula llegó a ser tomada como realidad por todos los que no han
querido hacer una seria investigación.
La verdad es que los etanos son hoy los
depositarios de la lengua y tradiciones de los antiguos yungas y que cifran su
orgullo en permanecer leales a su origen. Aunque la lengua yunga era en un
tiempo hablada por numerosos pueblos, así los conquistadores cuzqueños como los
españoles se empeñaron en hacerla desaparecer. Por lo demás, no hay semejanza
entre el yunga y el chino.
Magdalena de Eten es un pueblecito de
pescadores y tejedores de sombreros, petaquillas y otros artefactos de paja.
Hállase situado en un arenal y en una época de amagos piráticos, el virrey
ordenó a sus habitantes que abandonasen la plaza para no ser forzados a
proporcionar víveres a los enemigos o víctimas de alguna violencia. En ningún
cronista hemos visto comprobada la noticia de que en su Diccionario Geográfico
da el señor Paz-Soldán de haber sido destruída esa población por la arena.
En 1649, gobernando el Perú el virrey y conde
de Salvatierra, aconteció en Eten un prodigio, sobre el que se levantó sumaria
información, que Córdova y Salinas copia en su crónica franciscana.
Fue el caso que la víspera de Corpus, el cura
fray Jerónimo de Silva Manrique y las quinientas almas que formaban el
vecindario de Eten, vieron en la Hostia la divina imagen de un niño muy rubio,
con una tuniquilla morada.
D. Andrés García de Zurita, obispo de Huamanga
y a la sazón electo para Trujillo, ordenó se conservase la Hostia en la
Custodia, hasta que él pudiese ir a Eten y celebrar suntuosa fiesta.
En uno de los cerros de arena o médanos de
Eten, vense dos grandes piedras que, golpeadas con un martillo, tienen la
vibración de las campanas. Los etanos, para encarecer más el prodigio de la
aparición del Niño, dicen que cuando ésta se verificó, los ángeles repicaron en
dichas piedras, imprimiéndoles el sonido metálico que hasta hoy tienen.
Las dos piedras, son conocidas con el nombre
de las campanas de Eten.
TRADICIONES PERUANAS.
Ricardo Palma.
E l Cerro Chalpón y el Cerro Rajado Cruz de Dios y Cruz
del Diablo
Los cerros Chalpón y Rajado, cercanos al
pueblo de Motupe, fueron dos hermanos gemelos que tuvieron idéntica creación y
objeto, ya que eran centinelas avanzados del Cielo, guardianes de la Ley Divina
y anunciadores del triunfo del Bien. Como los hombres, nacieron y vivieron,
gozaron y sufrieron y morirán también.
El cerro Chalpón, además de la difundida devoción
que existe por la cruz que posee, tiene el privilegio de haber sido dedicado a
Dios, mientras que su hermano, el cerro Rajado, se dedicó al servicio del
diablo.
Como pruebas evidentes nos encontramos, en lo
que respecta a cada uno de ellos, con las siguientes creencias populares de la
región.
En la falda del cerro Chalpón, en aquella que
mira hacia Motupe, existe un jagüey o manantial, destinado a dar de beber a los
ángeles que allí vivían. Ellos sembraron en ese mismo sitio, varias cañas de
Guayaquil, para que les ofrecieran sombra y les refrescara el ambiente,
privilegios de los que no gozaba el cerro Rajado, el cual por haberse entregado
al diablo, es oscuro, tétrico y negro. Para su hogar y reposo, los ágeles
construyeron la gruta y el jardín, o sea la propia cueva, la cama de piedra,
para su descanso y colocaron, como símbolo de su dedicación y triunfo, una
cruz; no teniendo el cerro Rajado ninguno de estos distintivos, fuera de la
cruz.
En cuanto al cerro Rajado, lleva este nombre
por ostentar una raya muy ancha, que fue producida por un sablazo que pretendió
darle el arcángel Gabriel al diablo, en la lucha eterna que sostenían, pero al
esquivar el golpe, el diablo, cayó el sablazo en el cerro, produciéndole esa
raya que le sirve de distintivo.
Con el fin de que todo aquel que viviera o
visitara este cerro, sufriera su maligna influencia, los mismos ángeles
encantaron el pozo, que se formó por aquel sablazo y del cual brota una agua
sucia y pestilente, y cuyo encantamiento consiste en que lo que cae en él, no
podrá ser hallado jamás.
Como el cerro Chalpón, se había dedicado a
Dios, la cruxz que se colocó en él, fue objeto de adoración, devoción y fe, en
prueba del triunfo de la verdad cristiana; con el agregado de que cuando fuera
encontrada por los hombres, se convertiría en milagrosa intercedora entre ellos
y el Cielo. En cambio, la cruz colocada en el cerro Rajado, serviría para
representar la influencia del Mal y estaba decretado que cuando ella fuera
encontrada por los hombres, en previsión del peligro que encerraba, se
convertiría en tierra. De aquí explicado por qué cuando esta cruz fue hallada
por aquellos mismos que descubrieron la del cerro Chalpón, se convirtió en
polvo en sus manos, pues era la cruz del diablo, mientras que la del cerro
Chalpón, aun hoy mismo, es objeto de veneración, porque es la cruz de Dios.
Así se encuentra simbolizada también la
dualidad de la ley eterna; premio al uno y castigo al otro, por sus intenciones
y acciones tan contrarias, aun cuando los dos cerros, fueron hijos del mismo
Padre: Dios.
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